miércoles, 11 de agosto de 2010

Noche melancólica.

Se que todos alguna vez fantaseamos con poder leer mentes ajenas, o simplemente tener un don para poder entender a otras personas, saber realmente que las hiso tomar tal decisión o el porqué de decir tal cosa. Se que ésto pasa, por que es lo que nadie puede conseguir, entender al otro cuando hace algo que no teníamos previsto, que no esperábamos, o simplemente no queríamos que ocurra.
El tiempo es el único sanador de nuestra incógnita, seguramente el pasar de los días nos hace rendir de tal búsqueda, y aceptemos el hecho de que esa persona hiso, dijo, no hiso o no dijo tal cosa porque su voluntad fué así y punto.
A pesar de que pase el tiempo, no se puede borrar el recuerdo. Algo puede ser difícil de recordar, pero imposible de olvidar. Algunas personas llegan a nuestra vida para quedarse, estén física, emocionálmente, o quizas de ambas formas en el mejor de los casos. Lamentablemente, es más común que solo estén en nuestras mentes, recordándolas, deseando que estén a nuestro lado. Pero en muchos casos eso no va a poder ser. Ya lo mencioné, el tiempo es la cura a tal maldición, y también mencioné que no se pueden borrar a pesar de que haya pasado una vida. Es mi humilde caso, que a pesar de que ya todo haya pasado, y hace tiempo. Escuchar su nombre, ver su cara, oir un comentario, hace poner a mi corazón a un ritmo cardíaco peligroso.
No encuentro un motivo certero, no sé porque tiene esta influencia en mi palpitar, quizás mi mente la logró olvidar, pero mi corazón al recordarla, no puede evitar demostrarmelo con esos latidos acelerados y tan fuertes, que me hacen entrar en pánico.
Las personas que no están, son las que lamentablemente mas necesitamos. Lo importante es descubrir que de alguna manera u otra, allí están. Quizás tan solo para verlas en una foto, recordar una anecdota, una vivencia juntos. Pero la escencia, eso que nos ha hecho en algún momento sonreir, sentirnos en otro mundo, perdurará para siempre y se podrá reciclar para reutilizarlo cuantas veces queramos.

Adiós.