domingo, 26 de julio de 2009

Fábulas

Un viejo cura se estaba muriendo. Le envió un mensaje a un agente de la AFIP y a su Abogado para que vinieran a donde se hallaba internado. Cuando arribaron fueron conducidos arriba a su habitación. En cuanto entraron al cuarto, el cura extendió sus manos y les indicó que se sentaran a cada lado de la cama. El sacerdote les cogió las manos, suspiró contento, sonrió y miró fijo al techo. Por un tiempo ninguno dijo nada.
Tanto el agente de impuestos como el Abogado estaban conmovidos y alagados de que el viejo cura les pidiera estarse junto a él durante sus momentos finales. Estaban también perplejos porque el cura nunca les había dado ninguna indicación de que a él en particular les gustara alguno de ellos.
Finalmente el Abogado preguntó, "Padre, ¿por qué nos pidió a los dos venir?"
El viejo sacerdote reunió alguna fuerza, luego dijo débilmente, "Jesús murió entre dos ladrones, y así es como me quiero ir yo también."
Leí lo de Jesús y me parecio copado pasarlo a un cuentito jajaja..

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